Dejamos un extracto del libro "el manual de las zonceras argentinas" de Arturo Jauretche donde habla de la división internacional del trabajo. En este apartado cita como ejemplo el "milagro alemán" y como llegó a ser una potencia industrial.
Agregamos el link donde pueden bajarse el pdf aunque recomendamos comprar este libro y tenerlo a mano en la biblioteca, porque es un gran manual para entender como nos vienen metiendo "zonceras" desde nuestros comienzos.
"Porque en cuanto el zonzo analiza la zoncera deja de ser zonzo"
DE LAS ZONCERAS ECONÓMICAS
División Internacional del Trabajo (pág 88 del PFD)
"Comprendo ahora que este es un país subdesarrollado, y ésta no es una cuestión de pigmentación de la piel. Está determinada precisamente por
el carácter de país exportador de materias primas y vendedor F.O.B.
(http://es.wikipedia.org/wiki/Free_on_board) , cosa que determina, como se los ha enseñado reiteradamente el mismo Prebisch, que las relaciones del intercambio les sean desfavorables, y este hecho del subdesarrollo es fundamental para el estudio de una economía. Por la misma razón que un adulto puede beber whisky y un bebé leche, yo no les aconsejaría llenar los biberones con whisky, y menos con whisky importado, y también por eso de la relación de los términos del intercambio".
"Hay una cuestión determinada por la inteligencia política. Alemania también tuvo su época de biberón, que no es muy lejana, como que ocurría hace apenas un siglo. Desde el origen de los tiempos, Alemania tiene el carbón y el hierro bajo las verdes montañas y valles, y los ríos estratégicamente colocados para el transporte. También desde el origen de los tiempos los alemanes son alemanes y la alta cultura alemana es varias veces centenaria. Sin embargo, hasta hace cien años Alemania no era una potencia; era un país subdesarrollado que producía artesanías y artículos alimenticios y compraba productos industriales. Como no era gran potencia, Alemania durante siglos fue el campo de batalla de otros. Españoles, franceses, suecos, disputaron sobre el suelo de Alemania sus predominios y Alemania dividida en pequeños y pintorescos principados era el escenario sacrificado de las disputas ajenas".
"Pero un día la inteligencia alemana despertó. Mucho le debemos al pensamiento de un economista llamado Litz que teorizó en Alemania y también en Estados Unidos la necesidad de una economía nacional. Él nos advirtió que el liberalismo de Adam Smith al propender la división internacional del trabajo y el libre cambio, lo que quería era aprovechar las momentáneas condiciones de superioridad que Inglaterra había logrado creando una industria y una marina, gracias a la Protección Aduanera y el Acta de Navegación. Y de él aprendimos que Adam Smith, el maestro del liberalismo, era un conquistador más peligroso que Napoleón. Fue cuando Alemania, conducida por el genio político de Bismarck, se unificó,
construyó una economía nacional defendiéndose del libre cambio por la protección, subsidiando la producción industrial y la exportación, utilizando al Estado como promotor. En una palabra, organizando una política económica de país subdesarrollado que quiere pasar al frente. Gracias a esa política antiliberal Alemania pasó al frente y ha podido superar dos enormes derrotas en dos guerras y rehacerse de las dos". "Así se organizaron nuestros transportes, nuestra banca, nuestros directores, nuestros obreros, todo. Sólo cuando pasamos al frente y dejamos de ser un país sólo exportador de materias primas, un país subdesarrollado, comenzamos a aplicar una política liberal, como la que aplicaba Gran Bretaña. Esta es la esencia de nuestra solución, a la que puede sumarse lo que las amenazas de Rusia ayudó, ahora, después de la última guerra. Esta obligó a los vencedores a ponernos el hombro como antemural de Europa, y el Plan Marshall sustituyó al Plan Morgenthau. Los que habían querido una Alemania pobre tuvieron necesidad de enriquecerla, porque aparecía un competidor mucho más peligroso, y todo esto unido a lo que dije antes, constituyen los puntos de partida de mi política neoliberal, que de todos modos no lo es tanto, como dicen por aquí".
"En una palabra el tipo de política económica que debe hacer un país es el que determinan sus condiciones, y el liberalismo es lo que conviene a aquellos países superdesarrollados que están en condiciones de competen
cia, para condenar a otros a mantenerse en el subdesarrollo”.
"Podría
argüirse con algún fundamento económico una especie de
división internacional del trabajo en la cual cada país elaborase hasta sus últimos detalles las materias primas que produce a menor costo, pero esto significaría que nuestra Patagonia o Australia no exportasen lana sino tejidos —y preferentemente trajes—, que el petróleo de Kuwait saliese ya transformado hasta en los últimos adelantos de la química pesada, que Inglaterra y Estados Unidos construyeran máquinas y herramientas con su hierro y carbón o que el Oriente africano e xportase el asbesto pero en chapas y que nuestros productos opoterápicos reemplazaran a la exportación de glándulas.
En una palabra, que cada uno industrializara sus propias materias primas y sólo ellas. Pero la libertad de comercio busca otra división internacional del trabajo. Algunos ejemplos nos servirán para comprobarlo y cuáles son sus efectos de someterse o no a la misma."
"La multiplicación de las actividades, con la multiplicación de los ocupados, hace que paralelamente se establezcan almacenes, talleres de bicicletas, de automóviles, tiendas, abogados, boticarios, peluqueros, lustradores de zapatos, escuelas, paseos, campos de deportes, fábricas de caramelos, confiterías, talleres de repuestos, en una palabra, toda la diversificación productiva cuyo origen remoto está en la mano del peón que maneja la tijera de esquilar. Y
todo este efecto de arrastre genera otras actividades de arrastre que a su vez vuelven a generar hasta el infinito."
"En la otra punta del país, en Corrientes, hay una hilandería de algodón que ocupa 1.300 obreros y que en salarios representa alrededor de $400.000,00 mensuales, a lo que hay que agregar los otros costos sin que se compute el valor materia prima ya que éste también es válido para la exportación. Estos $400.000,00 mensuales de salarios los obreros no los meten en el colchón, y como los invierten, g
eneran los efectos de arrastre que vimos más arriba como hipótesis en Esquel. Pero los almaceneros, bicicleteros, médicos, etc., que los reciben, tampoco los meten en las alcancías sino que los reinvierten multiplicando el efecto de arrastre. Si esa fábrica de Corrientes completara el circuito hasta llegar al tejido y la confección, ¿cuáles serían los efectos en la provincia? Pues sencillamente los mismos que producen en la metrópoli que lleva la materia prima."
EL LIBRO EN PDF